En 2018, tuve la oportunidad de visitar Sevilla. Fue un viaje por demás interesante ya que lo hice en auto. Recorrí muchos lugares y uno que me dejó sumamente impactado fue El Real Alcázar de Sevilla.

A la distancia, más allá de lo arquitectónico que obviamente es la principal atracción, me pregunto por qué me sorprendió tanto. Voy a mezclar en esta reseña, mis propias vivencias y algunos datos muy interesantes que leí al preparar esta nota.

Lo primero que llama la atención es la variedad de estilos en la construcción del conjunto de palacios y esto se debe a que fueron hechos en diferentes etapas históricas. Como se sabe, España tuvo siglos de invasiones y una de las más importantes fue la árabe.

Aunque el palacio original se edificó en la Alta Edad Media, se conservan algunos vestigios de arte islámico y, de la etapa posterior a la conquista castellana, un espacio palaciego mudéjar y otro de estilo gótico. En reformas posteriores se añadieron elementos renacentistas, manieristas y barrocos.

El día que hicimos la visita, llegamos por la tarde y el calor era impresionante. Al entrar en la nave central, sacando el hecho de que la luz es muy tenue, los techos altos y el tipo de piedra lo hacen un lugar increíblemente fresco, donde tomarse un respiro.

La parcela donde se encuadra el recinto del Alcázar estuvo ocupada desde el siglo VIII a.C. Se han encontrado restos de un edificio romano del siglo I, del cual no se conoce con certeza su función. Este inmueble del siglo I se extendía desde el patio de Banderas hasta el interior del recinto actual. Sobre sus ruinas se edificó una iglesia paleocristiana, identificada por algunos como la basílica de San Vicente, que fue uno de los tres templos principales de la ciudad durante la época visigoda. 

Según las diferentes reseñas que analicé, tras la caída del califato, la aristocracia abadi tomó el gobierno de la ciudad y realizó una prolija actividad constructiva. De ese trabajo, aún hoy se conserva una doble puerta de herradura (un estilo de construcción árabe) en la actual calle Joaquín Romero Murube. En el interior, se construyeron una serie de pequeños edificios y, probablemente, hubo un edificio principal, palaciego, en donde actualmente está el palacio Gótico. 

En el siglo XII, los almohades crearon un sistema de murallas que unía el Alcázar con otras fortificaciones hasta el cauce del Guadalquivir. El Alcázar llegaba hasta la torre de Abd el Aziz, situada en la actual avenida de la Constitución. En el interior, se construyeron una decena de edificios nuevos y de mayor tamaño. Las murallas del Alcázar pasaron, además, a ser parte de unas nuevas y reformadas fortificaciones para la defensa de la ciudad. Estas obras defensivas culminaron a comienzos del siglo XIII con la construcción de la torre del Oro.

Con la conquista de Fernando III sobre la ciudad, el Alcázar pasó a manos de la corte cristiana quien se estableció durante décadas en los antiguos espacios almohades. Fue Alfonso X, a mediados del 1200, quien aprovechó el espacio del edificio principal para construir el palacio Gótico. Los demás edificios del Alcázar almohade fueron reformados para su posterior uso. En el siglo XIV y debido al terremoto de 1356, el rey Pedro I ordenó derribar tres edificios almohades para construir el palacio Mudéjar, que se adosó al palacio Gótico de Alfonso X.

La construcción comenzó el mismo año 1356​ y, según las inscripciones del propio Alcázar, finalizó en 1364.​

Otra atracción, por demás interesante, son los jardines y las fuentes con estilo mudéjar donde, en verano, se realizan conciertos al aire libre.

Algunos datos interesantes

  • Por decreto de 22 de abril de 1931, el Gobierno de la II República española, a propuesta de su ministro de Hacienda, Indalecio Prieto, cedió el Alcázar y sus jardines al municipio de Sevilla.​ 
  • En 1987, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad, junto a la catedral de Sevilla y al Archivo de Indias.​
  • Es la residencia de los miembros de la Familia Real Española cuando visitan Sevilla. Esto hace que sea el palacio real en uso más antiguo de Europa.
  • El último acontecimiento relacionado con la monarquía fue el 18 de marzo de 1995, en que se celebró un almuerzo y recepción con motivo de la boda de la Elena de Borbón, hija del rey Juan Carlos I, con Jaime de Marichalar.
  • En 2017, recibió a más de un millón setecientos mil visitantes, convirtiéndolo en el sexto monumento más visitado de España.

Si tienen oportunidad de pasar por Sevilla, no dejen de visitarlo. Se van a encontrar con una construcción fascinante y que explica, en gran parte, el mosaico de pueblos y tradiciones que es España.

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Me llamo Walter Petina, soy argentino, porteño y tengo 48 años. Tengo una hija de 12 años que sin dudas es el máximo logro de mi vida. Se llama Miranda (como el personaje de la “Tempestad”, de William Shakespeare) y, más allá de que sea mi hija, es un ser humano increíble. De chico y gracias a mi viejo, conocí el valor del trabajo y cómo llevar adelante un negocio. Desde hace casi veinte años, soy empresario en el sector del software y el hardware, y dediqué prácticamente toda mi vida laboral a la comercialización de productos. Trato, todo el tiempo, de mantenerme incentivado con nuevos proyectos, porque pensar y hacer nuevas cosas me trae la energía que necesito para levantarme todos los días muy temprano y con muchas pilas. Este blog es un nuevo desafío que encaro con la misma voluntad y dedicación que todo los otros. ¡Gracias!

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