Historia de mujeres ¿en otros tiempos?
No sé nadar, una limitación que llevo como una carga de toda mi vida. Pero debo reconocer que el término “bucear” me viene como anillo al dedo en Internet.
No sé nadar, una limitación que llevo como una carga de toda mi vida. Pero debo reconocer que el término “bucear” me viene como anillo al dedo en Internet.
Aterrizó dando la espalda contra el colchón, desde una altura más que considerable o -al menos- esa era la sensación cada vez que despertaba de una pesadilla, y se sacudió eléctricamente.
Difícil describir en pocas palabras lo que fueron las décadas del 60 y 70 para la historia del rock. Momentos sumamente prolíficos en cantidad de bandas que dominaron la escena musical en esos años tan turbulentos, marcados (en Estados Unidos y el mundo) por las llamadas “drogas duras”, la guerra de Vietnam, el hipismo y los movimientos de paz. Y la música como un gran telón de fondo.
Durante la década de los ‘60, el cine nacional comienza a mostrar cambios y nuevos matices que lo vinculan con diferentes facetas. Personajes que ganan la pantalla (y luego también, serán parte de la televisión que comienza a nacer), cine de autor y nuevos realizadores que sorprenden, y mucho.
Cuando abrió el portón para meter el auto, eran las 8 de la noche. Así se lo hizo saber el reloj digital que tenía frente al tablero. Apenas miró más allá, advirtió que Martín había dejado la bicicleta en un lugar y de una forma que hacía imposible cualquier maniobra para meter el vehículo. Descendió y caminó hacia la bici para arrinconarla debajo de los estantes de las herramientas.
La década que va de 1950a 1960 puede dividirse en dos. En su primera mitad -y dado que en 1946 se aprueba la Ley de Cine- es una etapa realmente prolífica, logrando como resultado que en 1950 se produzcan 58 películas, todo un récord para nuestra industria.
Era una tarde de mayo, de esas que parecen arrancadas al verano. Enrique iba caminando a paso ligero por la vereda del sol y, ahí, se percató de las primeras gotas de sudor en su frente. Bajó algo la marcha sin detenerse, por miedo a no llegar a la estación a tiempo. Sacó de su bolsillo trasero izquierdo un pañuelo de color blanco que llevaba bordadas sus iniciales y se secó la transpiración provocada por el traqueteo con un gesto firme.
Ese día, entré corriendo y cerré la puerta detrás de mí, con la certeza de que Hugo no me había podido ver, ni siquiera oír. Sentí cierto escalofrío cuando, por acción de la correntada, la puerta de entrada se me fue de la mano generando un golpe leve contra el marco, pero que yo sentí como la explosión de un cohete a fin de año.
Estaba viendo una entrevista en un canal español y el conductor del programa, en una de esas típicas preguntas, pidió al entrevistado que recomendara…