Sala de espera
Se quedó colgado viendo un quiebre en un azulejo de una de las paredes del pasillo de la guardia.
Historias (Ficción)
Se quedó colgado viendo un quiebre en un azulejo de una de las paredes del pasillo de la guardia.
Aquel amanecer de julio en el que Augusto conducía su 504 con rumbo a “La arbolada” el frío arreciaba y la temperatura estaba por debajo de cero en la ruta 9.
Los azulejos del baño eran color negro. Siempre pensó que era para evitar que se notase la mugre si la limpieza del establecimiento era defectuosa. Pero, a decir verdad, el San Martín de Tours era un colegio de lo más pulcro, cuestión que echaba por la borda su teoría. Es infantil Augusto, ¿no te das cuenta?, pensó para sí.
Sacudió las hojas que había sobre el asiento de la moto, señal de que el otoño había comenzado de manera prematura.
Se colocó el casco, cruzó su pierna izquierda por encima de la moto y se sentó de forma pesada.
Samarante era un lugar de pocas novedades a decir verdad. Un lugar donde la vida discurría sin mayores sobresaltos.
Algunos hasta podrían tildarlo de un pueblo aburrido. Y no sin razón.
-Augusto! ¡Augusto! ¿Dónde se metió este chico?
La voz del doctor Enrique Urquiza se escuchaba tal y como era: firme y profunda.
-Vamos caminando hasta el otro local. Está a menos de 3 cuadras. Lo que a vos te vendría bien es un saco de policía.…
Había una noche tranquila y apacible en la pequeña casa de campo en la que Pedro pasaba algún que otro fin de semana.…