El pasillo interminable
No sé cómo llegué ahí. O tal vez sí, pero no lo recuerdo con claridad. Lo cierto es que estaba en una oficina antigua,…
Historias (Ficción)
No sé cómo llegué ahí. O tal vez sí, pero no lo recuerdo con claridad. Lo cierto es que estaba en una oficina antigua,…
En la esquina de Tapalqué y Bragado, a metros del viejo Mercado de Hacienda, se alzaba el supermercado “Sol Naciente”. Su dueño, Li Chuan,…
Hay una guerra en esta casa. No se libra con cañones ni estruendo: su pólvora es el silencio, sus proyectiles pequeñas alteraciones del espacio.…
Despierto. O mejor dicho, abro los ojos, porque despierto ya estaba hacía rato. No hay un corte abrupto entre el sueño y la vigilia, solo un deslizamiento lento, imperceptible, como cuando el agua sube de nivel en un río y nadie lo nota hasta que ya es otra corriente.
Desde que otras ciencias, además de la medicina y la genética, habían tomado el control de la maternidad planificada, los padres podían solicitar, además del color de ojos, cabello y estructura ósea básica, características como personalidad, tipo de inteligencia, control emocional y hasta inclinaciones artísticas. Las listas de requisitos para futuros hijos crecían cada vez más, reflejando no solo los deseos de los padres, sino también las expectativas sociales de lo que significa un ser “ideal”.
Se quedó colgado viendo un quiebre en un azulejo de una de las paredes del pasillo de la guardia.
Aquel amanecer de julio en el que Augusto conducía su 504 con rumbo a “La arbolada” el frío arreciaba y la temperatura estaba por debajo de cero en la ruta 9.
Los azulejos del baño eran color negro. Siempre pensó que era para evitar que se notase la mugre si la limpieza del establecimiento era defectuosa. Pero, a decir verdad, el San Martín de Tours era un colegio de lo más pulcro, cuestión que echaba por la borda su teoría. Es infantil Augusto, ¿no te das cuenta?, pensó para sí.
Sacudió las hojas que había sobre el asiento de la moto, señal de que el otoño había comenzado de manera prematura.
Se colocó el casco, cruzó su pierna izquierda por encima de la moto y se sentó de forma pesada.