Me llamo Walter Petina, soy argentino, porteño y tengo 48 años. Tengo una hija de 12 años que sin dudas es el máximo logro de mi vida. Se llama Miranda (como el personaje de la “Tempestad”, de William Shakespeare) y, más allá de que sea mi hija, es…
Basado en un hecho ¿real?
Última hora del día.
Si bien no tuve una gran cantidad de clases, producto del feriado del “día del ganso”, solo por el hecho de ser lunes todo costó el...
Ese día, entré corriendo y cerré la puerta detrás de mí, con la certeza de que Hugo no me había podido ver, ni siquiera oír. Sentí cierto escalofrío cuando, por acción de la correntada, la puerta de entrada se me fue de la mano generando un golpe leve contra el marco, pero que yo sentí como la explosión de un cohete a fin de año.
Existen momentos en la vida de las personas, de todos nosotros si cabe, en los que deberíamos tener algunas reacciones, deberíamos decir algunas palabras o realizar algunos actos y sin embargo nos mantenemos en el mismo lugar, en silencio, sin accionar.
Mañana de octubre. Once y veintiséis. Octavio lleva una semana estrenando sus setenta y un años. Tiempo de balance. Horas de recuerdos.
Se acerca a la ventana de su despacho, la abre de par en par, y una...